No irrumpe con gritos ni con furia visible,
llega en el modo correcto, sereno, habitual;
en el día que avanza sin culpa ni conflicto,
en el orden que actúa sin parecer brutal.
Habita el reloj que jamás se retrasa,
el rito cumplido sin una pregunta;
la norma aceptada que todo arrasa
sin dejar señal, sin levantar disputa.
Es la palabra neutra, limpia, oficial,
que se lava las manos y sigue su curso;
no mancha el suelo, conserva lo normal,
con los cuerpos fuera del campo del discurso.
Lo estable no odia: clasifica.
No mata: permite que ocurra.
Administra el daño, lo explica, lo justifica,
y llama deber a lo que fractura.
Quien obra así no se piensa verdugo,
se piensa función, engranaje central;
y el mundo avanza, fiel al conjuro
de creer que lo esperado no es moral.
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Autor:
William Contraponto (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 23 de diciembre de 2025 a las 17:03
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 1

Offline)
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