Da igual por donde vaya el calendario:
tanto en diciembre como en junio brillas
con luces, blancas, rojas y amarillas,
bañando de colores lo ordinario.
El niño que en mi cuerpo es sedentario
encuentra paz y amor en tus mejillas,
y suena mi latido a campanillas
si me habla tu gentil vocabulario.
No importa que Papá Noel no acierte
a abrir la chimenea de mi casa:
cualquier noche contigo es nochebuena,
pues mi mayor regalo está en la suerte
de otro año que a tu lado se me pasa
y queda en mi reloj tu risa plena.
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Autor:
Demencia otoñal (
Offline) - Publicado: 23 de diciembre de 2025 a las 11:59
- Categoría: Amor
- Lecturas: 2

Offline)
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