Demencia otoñal

Eres mi perenne Navidad

Da igual por donde vaya el calendario:

tanto en diciembre como en junio brillas

con luces blancas, rojas y amarillas,

bañando de colores lo ordinario.

 

El niño que en mi cuerpo es sedentario

encuentra paz y amor en tus mejillas,

y suena mi latido a campanillas

si me habla tu gentil vocabulario.

 

No importa que Papá Noel no acierte

a abrir la chimenea de mi casa:

cualquier noche contigo es nochebuena,

 

pues mi mayor regalo está en la suerte

de otro año que a tu lado se me pasa

y queda en mi reloj tu risa plena.