Los senderos sinuosos del bosque parecen llevar al corazón desnudo y horadado de esta loca ciudad.
Las advertencias han sido dadas por un anacoreta sapiente y adusto. Aquel que entre, o introduzca su mirada furtivamente, saldrá transfigurado.
No quiero ahondar en lo insondable, solamente me limito a observar someramente con cautelosa curiosidad desde este vericueto.
Un loco derramando pabula sangre negra y cansada llego a ver, más adentro no lo se.
Asno frugal cargando polvillo de huesos infantiles llego a ver, más adentro no lo sé.
Un pordiosero convaleciente con un rosario en su mano llego a ver, más adentro no lo se.
Paloma exangüe queriendo volar vanamente llego a ver, más adentro no lo se.
Árbol milenario tronchado por la bestia tullida rojiza llego a ver, más adentro no lo se.
Eunucos execrables danzando al rededor del altar sagrado de la bestia llego a ver, más adentro no lo sé.
Un ignominioso padre orando en su iglesia enajenada llego a ver, más adentro nose.
La esfinge parece cansada de esperar.
Organizó una fiesta entre el loco, el pordiosero, el asno, la paloma, los eunucos y la bestia tullida en la iglesia enajenada,
sin el permiso del ignominioso padre, que al llegar entonó su canto de cisne.
¿Quien paga la fiesta? Crucifixión a los inversores.
La ciudad ahora mismo no es libre. El bosque se empieza a deforestar por el rojizo dragón.
Todo eso puedo ver en la lejanía de este paisaje altivo, no me animo a bajar.
Una última cosa antes que arribe a la vigilia.
Una mujer escapó, aún no dice que pasó con su bebé y por qué lleva una corona de espinas.
Ay, creo haber visto más de lo que debía, me siento enfermo,
ay, creo haber cometido un error.
Incipit tragoedia...
-
Autor:
el bardo (
Offline) - Publicado: 23 de diciembre de 2025 a las 02:27
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 3

Offline)
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.