I
Me decepcioné de mí
en el pozo de tu tristeza.
Bajé sin barandas,
con el nombre equivocado
en la boca.
Te amo
—dije—
y el eco
se quedó conmigo.
---
II
Me decepcioné de mí
en el pozo de tu tristeza
(donde la sombra ensaya una lámpara).
Bajé sin barandas,
con el nombre equivocado en la boca,
como quien aprende tarde
a pronunciar su pérdida.
Ya me habías dejado.
Me sacaste de tu piel
como se arranca una sílaba
cuando la palabra ya no respira
y el aire no alcanza.
Me habría bastado
que me entendieras un poco,
no para quedarme
—no—
sino para no volverme
esa cosa que se odia
cuando se cierra la puerta
desde adentro.
No para no ser odiado,
sino para no quedar
insensible,
cerrado,
con las manos torpes
y el amor mal aprendido.
Sé que piensas en mí.
Sé que aún me amas.
Me avergüenza creerlo
como se avergüenza el insomnio
de su propia luz.
Estoy fuera de mí,
mirándome desde otra mesa,
desde otra vida
donde amar no era romper
sino quedarse.
Al final (si es que hay final):
te amo, humillándome,
mientras el hombre pequeño que me habita
me traiciona con su voz
y no sabe callar.
Fue veraz mirarte
en el piso del desvelo:
saltarte,
volver a empezar,
rayuela mal trazada
sobre un cielo de tiza
que se borra con los pasos.
Y fue estúpido
decir las palabras
que fracturaron el vidrio,
como si el amor
no supiera quebrarse
en silencio.
Ahora resta
aprender a no repetir
mi nombre en la herida;
dejar que cierre,
aunque lo que nazca
ya no sea piel.
-
Autor:
Racoon (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 22 de diciembre de 2025 a las 01:25
- Categoría: Amor
- Lecturas: 2

Offline)
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.