Las campanas negaron a repicar la hora,
cansadas y óxidadas en el capanario,
caidas en desuso,
marcadas por los años de trabajo duro
sin compensación.
*
Abrió Oliver sus ojos
en el medio eclipse del alba,
filtrando por la ventana desnuda,
estanpada por la escarcha nocturna.
*
En las tinieblas del rincón de guardia,
el contorno de un ángel pertrificado
cuyas alas nunca aprendieron a volar,
la razón por su sonrisa irónica.
*
Descalzo y vestida en harapos,
tiritando caminó con su propia sombra,
la luz por una vela casí gastada,
el único flimmer de calor.
*
Almas patéticas a la hora de desayuno,
lamando secos sus boles y cucharitas,
lobos hambrientos devorando su presa,
en humilde silencio.
*
Provocando la rabieta del arisco Fagin,
el niño pobre pidió un poco más del caldo
para satisfacer su agudo hambre.
Más! ¿Has dicho más, pilluelo?!
*
Y así, Oliver, con dolores de hambre
paseaba por las calles y tiendas de Londres
a robar los bolsos de la hidalgia,
distraido por su compras navideñas.
*
Al regresar al orfanato de Fagin
sin el botín requerido, por cierto,
la cena faltó en las vísperas de la Navidad,
y Olivar, en las tinieblas, se acostó a soñar
*
David Arthur ©®
Foto de la red
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Autor:
David Arthur (Cuartel-Teniente Coronel Pintor)) (Seudónimo) (
Online) - Publicado: 21 de diciembre de 2025 a las 07:03
- Comentario del autor sobre el poema: Me pregunto: ¿Cuántas personas celebran estas fechas con hambre? Feliz Navidad y un buen Año Nuevo para todos.
- Categoría: Triste
- Lecturas: 0

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