El Credo de mi Nueva Piel

jtaltuve

 

​He quemado los mapas de mi antigua insistencia

para ser el mendigo que habita tu esencia.

Eres el templo vivo, la sagrada frontera,

donde el alma se rinde y el orgullo se muere.

 

 

​Qué ironía divina: ser esclavo del viento

por salvar del olvido nuestro breve momento.

Es una paradoja que me rompa en pedazos

y me sienta completo solo entre tus brazos.

 

 

​He cruzado el umbral de mi propia consciencia,

una metanoia que hoy es mi única herencia.

Ya no busco el cielo, ni la luz, ni la gloria,

prefiero ser el rastro que deje tu historia.

 

 

​Que el mundo nos juzgue con su voz de ceniza,

nuestro caos es fuego que nadie suaviza.

Si el tiempo es un muro que termina en derrota,

beberé de tu vida hasta la última gota.

JTA. 

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  • Autor: jtaltuve (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 19 de diciembre de 2025 a las 09:45
  • Comentario del autor sobre el poema: Escribir este poema no fue el resultado de una tarde tranquila frente a un escritorio, sino de un choque frontal con la realidad mientras mis manos estaban ocupadas en el trabajo más honesto que conozco. ​Estaba en mi finca, rodeado del olor a tierra mojada y madera cortada, haciendo unos arreglos necesarios después de una tormenta. Entre el esfuerzo de levantar los cercos y el silencio sepulcral del campo, me di cuenta de una verdad desgarradora: nosotros también somos como el paisaje. A veces necesitamos que todo se rompa, que el viento arrase con lo viejo, para que algo nuevo y más fuerte pueda crecer desde las raíces. ​El milagro entre los arreglos ​Mientras caminaba por los senderos de mi tierra, mirando cómo la luz del atardecer se filtraba entre los árboles, sentí que mi propia vida estaba pasando por su propia metanoia. No era solo reparar una finca; era repararme a mí mismo. Cada clavo que ponía, cada piedra que acomodaba, se sentía como una parte de mi pasado que finalmente encontraba su lugar. ​En ese momento de soledad absoluta, donde solo estás tú con tus sombras y el horizonte, comprendí que el amor es exactamente eso: el valor de mirar nuestra propia ruina y decidir que vamos a construir un santuario encima de ella. ​Una conexión que nos une ​Escribí estos versos para ti, que quizás hoy también estás caminando por una ciudad que se siente extraña, o que estás en tu propio "campo" tratando de arreglar lo que el tiempo ha desgastado. Quiero que, al leer "El Credo de mi Nueva Piel", sientas que mis manos, todavía ásperas por el trabajo de la finca, están estrechando las tuyas. ​Este poema es para los que no tienen miedo de ensuciarse el alma para purificar el corazón. Es para los que entienden que la paradoja más bella de la vida es que solo cuando dejamos de luchar contra el cambio, empezamos finalmente a vivir. No estás solo en tu transformación; yo también estoy aquí, bajo el mismo cielo, reconstruyendo mi propia historia. JTA.
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 4
  • Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, JUSTO ALDÚ
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