El Puerquito Loco, solo en el Corral de Aprendizaje, bufaba y pateaba la tierra.
—¡Esto no es justo! —pensaba—. Solo estaba jugando. ¡El Perro Pastor es un aburrido!
Intentó empujar la cerca con su cabeza, pero era muy fuerte. Intentó cavar por debajo, pero la tierra estaba dura. Se acostó, rendido, sintiéndose muy solo. Por primera vez, no tenía a quién molestar. Se dio cuenta de que, por culpa de sus "juegos", su rodilla ya estaba un poco dolorida por las peleas con los perros.
Justo cuando el sol empezaba a ponerse y el cielo se teñía de color naranja y morado, el Puerquito Loco escuchó un aleteo silencioso. Levantó la vista y vio a un gran y sabio Búho posado en el poste más alto del corral.
El Búho tenía unos ojos redondos y brillantes que parecían ver a través de las travesuras.
—¿Por qué estás tan triste, pequeño puerquito? —preguntó el Búho con una voz suave, pero profunda.
—Me han encerrado —se quejó el Puerquito Loco—. Me castigaron por... por dormir encima del Perro Pastor.
El Búho parpadeó lentamente.
—Dormir es agradable. Pero, ¿estaba el Perro Pastor feliz de que durmieras encima de él? ¿Y de que lo mojaras?
El Puerquito Loco miró al suelo.
—No. Se enojó mucho. Y los otros animales tampoco quieren jugar conmigo.
—Mira esto, pequeño puerquito —dijo el Búho, abriendo una de sus grandes alas—. Mi ala es muy fuerte y me permite volar lejos. Pero si yo usara mi fuerza para empujar a los pájaros más pequeños del nido, o si les gritara con mi fuerte voz, pronto me quedaría solo.
El Búho se inclinó un poco hacia el puerquito.
—La vida en la granja es como un gran juego. Para que todos disfruten, necesitas dos cosas muy importantes: Respeto y Empatía.
—¿Qué es... Empatía? —preguntó el Puerquito Loco, que nunca había oído esa palabra.
—Empatía es usar tu corazón para sentir lo que el otro animal siente. Antes de morder, antes de subirse, antes de mojar... pregúntate: "Si alguien me hiciera esto a mí, ¿me gustaría?"
El Búho señaló la pata del Puerquito Loco.
—Tú sabes lo que se siente tener una rodilla dolorida. Si lastimas a otro, le estás dando ese mismo dolor. Si lo molestas mientras duerme, le quitas su paz.
El Puerquito Loco se quedó pensativo, mirando la franja blanca en su pancita. Era la primera vez que entendía que sus juegos hacían sentir mal a los demás. Se dio cuenta de que era mucho mejor ser el puerquito especial y cariñoso que el puerquito problemático.
© 2025 Oney ✒️
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Autor:
Oney ✒️ (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 14 de diciembre de 2025 a las 19:18
- Comentario del autor sobre el poema: Cuento infantil para niños
- Categoría: Cuento
- Lecturas: 6
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais

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Comentarios1
Oney poeta hermoso cuento vaya mis felicitaciones para ti un abrazo a la distancia
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