Rumiando su desdicha, el jardinero de la mansión
amanece aquel día con repetida sorpresa,
que de todas sus flores, la mas sencilla
desaparece noche a noche sin comprensión.
Los pensamientos que cada día siembra y riega
se van en el misterio de la noche serena
en complicidad con el viento
que silva indiferente su brisa-canción.
Una noche sin luna, sacrificado en desvelo
se quedó centinela de su humilde tesoro
aquel floricultor espía de pensamientos.
Y al despuntar el alba, con párpados sedientos
de sueños en vigilias y flechados de oro
por el sol emperador de su pequeño universo,
pudo conocer al verdugo, amenaza de su sueldo.
Era una niñita de viejo vestido ceniciento
que asida de ajeno ramillete
huía por las calles del pueblo.
¡Quien lo hubiera dicho! ¡Madrugadora ladrona impertinente!
Montado en la furia de un trueno
tomó una rama para castigarla y la siguió el jardinero.
Era una niña pobre, mas a robar no tenía ese derecho.
Pero para la sorpresa del trabajador
la nena se dirigía al cementerio
y con ojos aguados ante el paisaje abrumador,
escuchó a la chiquilla sobre una tumba sin recuerdos
que decía con alma partida y lenguaje conmovedor:
-“Mamá, para comprarlos no me alcanzaba el dinero
y ya que te fuiste lejos, no me olvides por favor...
tu prometiste... que regresarías con mis pensamientos”.
-
Autor:
Elhen Amorado de Lahvida (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 11 de diciembre de 2025 a las 19:15
- Comentario del autor sobre el poema: Doble sentido para la misma palabra "pensamientos".
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 2

Offline)
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