Soy Licenciado en Lengua y Literatura, en aras de futuro y amistad.
Presentado por Poemas del Alma
Pneuma
Por entre los escombros del mutismo
la luna se aparece en el estrado,
dichosa e imponente se ha llegado
vestida de alegría y de optimismo.
El sol que la vigila con terneza
y observa en el espacio que un lucero
le dice a aquella luna, —yo te quiero—,
se rae en desconfianza la cabeza.
Y dice muy osado en el instante:
—¡ay, luna, por la sangre de mis venas,
no causes más tormentos ni más penas;
entrégate al amor, no seas errante!
La luna al escucharlo, se sonroja,
los ojos enmohece con tesura
y arguye: —¿no te das cuenta criatura
que yo puedo seguir si se me antoja?
El sol ensimismado y abstraído
inclina su mirada al epicentro.
Solloza anonadado en el encuentro,
diciendo: — no me ignores, yo te pido.
No sigas, por favor, —dice la luna—,
aléjate de mí, no quiero verte.
Mejor es ir sin ti que estar sin verte,
pues verte es decisión muy oportuna.
»» Amar es la secuencia decisiva,
el límite se pierde si se quiere:
por tanto, lo que nace también muere,
es cosa de presión definitiva.
»» Así es en lo absoluto el sentimiento,
entiende, yo no puedo ser tu amante;
la vida es menos dura en lo distante
y todo se sumerge al pensamiento.
»» Tampoco puedo darte mis amores,
impreso en lo invisible siempre queda
el llanto, la esperanza y la vereda
en tanto ensoberbeces los dolores.
»» ¡Oh, Sol, sigue a la estrella misteriosa
y dile sin temor, cuánto amor sientes!
Con éxtasis espero que le cuentes
la unción que da una flor, que da una rosa.
Sumiso entre filípicas el astro,
responde a la diatriba con sigilo:
—yo tengo el corazón de un cocodrilo
y vive junto a mí todo alabastro.
»» Y amar a alguna estrella no es lo mío.
Mi pecho reconoce que es a ti...
a ti, perfectamente, a quien seguí
con algo diferente al desafío.
»» En cambio, si no tomas mis palabras
y piensas alejarme de tu vida;
entiendo la razón de tal partida,
espero que al amor pues siempre le abras.
»» Mi vida te la entrego en un capuz.
Así en todas las noches intranquilas
tendrás condescendencia en las pupilas
del hombre que te ha sido ser de luz.
En eso desde el suelo se oye un dicho
de un árbol, transformado, con escolios
que dicta cual apóstrofe en sus folios,
sumido a su pensar y a su capricho.
—La luna es quien lidera mi sendero.
Por ella mis cogollos son el norte
de estar entre la altura y ser cohorte
provisto de razones y dinero.
»» Por ella yo respiro entre la bruma
y paso en fotosíntesis las noches...
—¡No sigas, por favor, con tus derroches
que yo también abrazo cada gluma.
Pues soy el astro fiel en tal destreza
y al día lo ilumino con belleza!
»» El pneuma con la luna yo realizo
y es ella la razón que está en mis ojos.
Por eso si alguien más le causa antojos,
la lluvia se hace cargo del hechizo.
—Hechizo, según tú que causo y voy,
—prorrumpe aquella lluvia con su tempo—,
yo salgo sin tomar siquiera el tiempo
y nadie está sin mí desde que estoy.
»» Sin mí, no existe alguno que permita
alzarse a los demás en su albedrío.
No hay luna que se atreva al desafío,
tampoco veo a un sol que precipita.
»» Y a ese gran lucero que enamora
los ojos de la luna iluminados,
decidle pues oh sol que, castigados
serán por tu fulgor que condecora.
»» Y al árbol que se engríe en su postura,
sin mí, tampoco vive ni germina.
La luz que va de ustedes compagina
a darle la virtud de su hermosura.
»» Por ende, damos vida y está en la orbe
el lienzo imaginario de las cosas;
las bellas, las sublimes, las hermosas
y todas, ya la tierra las absorbe.
—Es cierto, —profirió la Madre Tierra—,
la vida es un conjunto de conflictos:
misterios, sabotajes, veredictos,
silencios del infierno y de la guerra.
»» Mirando en las guirnaldas y llanuras,
existe así una sed cuan hemorragia
que vibra, que sonríe y que contagia
la luz que está del Padre en las alturas.
»» La fuerza es de conjuntos enlazados,
se extiende en la pasión y el compromiso;
si nadie vive solo el paraíso,
la vida nos mantiene conectados.
»» Es, pues, conjunción de conjunciones
la vida. Nadie tiene más de dos.
La única frontera es la de Dios;
perfecta para el alma y corazones.
»» Entonces, que vivimos por la gracia
de un Ser tan natural que es Sobretodo,
que indica dirección, pasión y modo,
dejando en el umbral la perspicacia.
»» No hay nada más atrás ni más delante;
en sí, somos con él, la viva calma.
Y todo lo que pasa por el alma
es fruto de una acción representante.
Así, se despidió de aquel discurso
el órgano rector del universo:
la luna con el sol, lucero inmerso
y el árbol más la lluvia en su recurso.
En tanto que los astros se engalanan
y el hombre con su entorno siembra el odio;
el árbol de la vida es el custodio
y el cielo es el umbral donde se ufanan.
Con esto se comprueba que la vida
se vale de unidad para existir...
por tanto, está de todos compartir
razones, ideales y guarida.
Samuel Dixon
Achuapa, León-Nicaragua
-
Autor:
Samuel Dixon (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 10 de diciembre de 2025 a las 12:43
- Comentario del autor sobre el poema: Pneuma nos dice, en esencia: 1. No eres una isla. Tu existencia depende del aire, el agua, la tierra, los otros y de fuerzas que no controlas. 2. Tu dolor (como el del Sol) no es un error. Es parte del diálogo universal. Amar y no ser correspondido no te hace un fracaso; te sitúa en el drama eterno entre la unión y la libertad. 3. La arrogancia es inútil. Ni el Sol más brillante puede prescindir de la Lluvia. Reconocer nuestra dependencia no es debilidad, es sabidurÃa. 4. Todo confluye en una unidad mayor. Más allá de los conflictos, hay una armonÃa que los abraza. Nuestra tarea no es vencer a los otros elementos, sino encontrar nuestro lugar en el concierto.
- CategorÃa: Sin clasificar
- Lecturas: 3

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