Autor:Darío Daniel Lugo
Donde el tiempo deja de latir
y la oscuridad respira más hondo que la luz,
donde mi reflejo se diluye
como lluvia que nunca toca el mar,
allí nacen las preguntas
que nadie responde,
y el infinito se sienta a mi lado
sin decir palabra.
Uno puede huir del mundo,
pero no de lo que lleva dentro.
La realidad no se aleja:
te sigue, te nombra, te espera.
Hoy me quedo frente al muelle.
El lago, inmenso en su propio silencio,
rompe en mí palabras profundas
que caen como gotas al vacío.
Mis silencios — esos que nadie oye —
se vuelven brisa
y dialogan con el viento.
Los árboles hablan sin voz,
pero sostienen la vida
que tantos pasan por alto.
Y aquí, en esta paz inexacta,
recuerdo mi sitio en el universo,
pequeño y eterno a la vez.
El éxito…
solo llega cuando uno se atreve
a ser exactamente quien es,
a decir lo que siente
sin cubrir lo que piensa.
Ahí es donde empieza la verdadera luz,
aunque nazca desde la sombra.
Quien muere puede desaparecer,
pero sus palabras —
sus verdaderas palabras —
son las que sobreviven,
leales a la oscuridad
de donde fueron escritas.
“No se puede comprender lo que no puede comprender.
No hay luz más allá que la oscuridad.”
— Darío Daniel Lugo
-
Autor:
Dario Daniel Lugo (
Offline) - Publicado: 9 de diciembre de 2025 a las 19:50
- Comentario del autor sobre el poema: Este poema nace desde un espacio donde la mente calla y el alma habla. Es una reflexión sobre ese límite silencioso en el que el tiempo parece detenerse y el ser humano se encuentra frente a sí mismo, sin escapatoria posible. Explora la dualidad entre luz y oscuridad, entre lo que mostramos y lo que ocultamos, entre lo que entendemos y lo que jamás lograremos comprender. La voz poética se sienta frente al infinito —representado por el lago, el silencio, el vacío— y desde allí deja que surjan pensamientos profundos, preguntas sin respuesta y verdades que cada lector interpretará de acuerdo a su propia sombra. Es un diálogo entre el yo interior, la realidad que siempre nos alcanza y la necesidad de ser auténticos incluso en la oscuridad. Las palabras buscan permanecer más allá del cuerpo, como huellas de lo que fuimos, de lo que sentimos y de lo que no supimos decir en voz alta. Un poema para detenerse, contemplar y descubrir qué parte del infinito habita en uno mismo.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 4

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