EL MOSTRADOR

Cristóbal López de la Manzanara

 

Se apoya el corazón con tanto esmero

para dar un remedio a cada vida

taba de salvación donde afligida

llega el alma buscando un compañero.

 

Las novedades andan por su alero,

y advierten juventud desasistida,

con enzimas de luna derretida

y liposomas hechos de lucero...

 

Rectángulo colmado de paciencia

en donde la salud en cajas vuela

y el alma se combina con la ciencia.

 

Allí, entre las recetas y precintos

el mismo corazón se vuelve escuela

al leer al enfermo los instintos.

                                                   Del libro: El cajón de las formas 

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