¿Quién Asoló los Pastos del Poema?
¿Quién asoló los pastos del poema?
¿Quién convirtió la música en frontera?
Hubo un tiempo en que el verso era pradera
y la voz florecía sin dilema.
Mas llegó la tormenta negra y plena
la palabra tembló, perdida y fiera
se volvió arenal seco, sin bandera
como un eco olvidado en su anatema.
Fue el miedo.
Fue el silencio.
Fue el cansancio.
La vida desgastando lo sagrado
la duda devorando el entusiasmo.
Y ahora, sobre el campo desolado
el poeta camina en su fracaso
buscando el fuego antiguo… apagado.
¿Quién devastó los pastos del poema?
El que calla por miedo al terremoto.
El que piensa que escribir ya no es devoto.
El que cuida su voz… como blasfema.
Fue el tiempo, maestro del dilema
el que devora el canto poco a poco
el que apaga la flor con su sofoco
el que exige razón donde hay poema.
Pero también fue el mundo, su ruido
sus prisas, sus pantallas encendidas
sus sueños negociados, su latido.
Y fue el hombre:
sus guerras no vencidas
su orgullo, su dolor endurecido
su herida convertida en despedida.
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Autor:
Ellie (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 8 de diciembre de 2025 a las 15:34
- Comentario del autor sobre el poema: La asolación y devastación de los campos del poema no llegó de golpe, sino como un murmullo que fue creciendo, como una sombra que avanzó sin prisa, desgarrando cada sílaba hasta volverla polvo. Allí donde antes florecían versos libres, ahora solo quedan grietas y silencios rotos; allí donde brotaba la metáfora como una primavera inevitable, hoy se alzan cenizas, áridas y frías, como un recuerdo que no sabe si doler o resignarse. Sin embargo, incluso entre la ruina, un latido persiste: un germen diminuto, casi invisible, que aún guarda la memoria de la música, la raíz del asombro, la certeza de que ningún incendio puede consumir del todo aquello que nació para renacer. Porque en los campos del poema, incluso devastados, siempre queda una brasa esperando al viento.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 8
- Usuarios favoritos de este poema: Ana Blanes, Tommy Duque, Poesía Herética, Javier Julián Enríquez, Nelaery

Offline)
Comentarios1
Muchas gracias, amiga Elideth, por este bello poema. Se puede percibir cómo en medio de la desolación del verso, el poema yace como un campo yermo, asolado por fuerzas oscuras. El temor, el silencio y el agotamiento, como sombras persistentes, han mermado la esencia sagrada, toda vez que erosionan el entusiasmo. El tiempo, en su inexorable paso, y el mundo, con su bullicio característico, han callado la voz poética. El ser humano, a menudo marcado por conflictos y orgullos, ha transformado la herida en despedida, extinguiendo así el fuego antiguo de la creación. En este sentido, el poema, en su lamento, nos confronta con la fragilidad del arte y la necesidad imperante de preservar la llama creativa ante las adversidades del mundo. Se trata de un llamamiento a la resistencia y a la búsqueda constante del «fuego antiguo», incluso en medio de la desolación. ¡Una belleza y maravilla el vídeo sobre el poema «Los Olivos» de Antonio Machado!
Un cordial saludo y fuerte abrazo con mi más afectuoso aprecio
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