Ícaro, en el laberinto atrapado,
hartóse de vagar por el suelo,
púsose alas y alzó el vuelo
desafiando al Sol, exaltado.
Yo, errando por un páramo desolado,
os vi como un ángel caído del cielo.
Vos fuisteis de mi triste vida el consuelo
y alegrasteis mi corazón acongojado.
El griego murió por ambicioso.
Yo, sin vos, estoy más muerto que vivo.
Infeliz. Solo. Más vivo que dichoso.
Ícaro cayó por su afán primitivo,
y me espera el mismo destino tortuoso mientras sea de vuestros lindos ojos cautivo.
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Autor:
Ícaro (
Online) - Publicado: 5 de diciembre de 2025 a las 12:58
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 1

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