La tristeza como punto adyacente, no como verdugo.

Cat0

Si no hubiera aprendido a bailar con mi tristeza, me habría hundido en ella. Estaría rota, sin un solo remiendo, solo heridas sobre heridas. Cubierta hasta el tuétano por esa insaciable sed de dolor, de llorar, de ser pequeña, minúscula y sin remedio.

 

Pero cuando aprendí a bailar estando triste, descubrí lo inmenso y alto que puedo volar tomada de la mano con mi propio dolor. Entonces aparecieron nuevos colores—muchos colores—y recordé que soy una pizca de polvo estelar: tan viva, tan amada, tan afortunada, tan feliz y tan adicta al movimiento.

 

Y mi pareja favorita sigue siendo mi poeta favorita: la tristeza.

 

Porque hasta la tristeza también se baila.

 

  • Autor: Cat0 (Offline Offline)
  • Publicado: 2 de diciembre de 2025 a las 00:54
  • Categoría: Carta
  • Lecturas: 0
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.