YO, SOL – TÚ, LUNA

Sol
Soy fuego, pasión que abrasa,
sin mí, la raíz del mundo se deshace.
Soy la semilla ardiente del tiempo,
la sangre invisible del existir.
Extiendo mis brazos para tocarte, luna,
pero tu piel de sombra se oculta.
Me miras, fría, con tu plata indiferente,
como quien ama y se retira,
con el poder cruel del silencio.

Luna (Eclipse lunar)
Me entrego, Sol, porque tu fuego me reclama,
porque en tu abrazo ardo sin medida.
En tu claridad descubro mi desnudez,
mi piel de sombra se abre como río nocturno
ante tu incendio que me penetra.
Pero mi destino es huir,
volver a la distancia que me define.
Y al abandonarte, Sol, me duele:
mi pecho guarda la nostalgia de tu fuego,
mi piel, la huella viva de tu abrazo.

Sol (Eclipse solar)
Porque en ese instante fugaz, luna,
te siento toda, me envuelvo en ti,
te acaricio con mi luz ardiente,
te inhalo como aire de incendio,
te colmo en la plenitud del fuego,
te domino con mi claridad absoluta,
y me llamas al placer sin límites,
aunque sé que pronto
volverás a esconderte en tu sombra.

Luna
Llevo en mis cráteres la nostalgia de tu fuego,
llevo en mis grietas la memoria ardiente de tu dominio.
Cada marca es huella de tu ardor,
cada abertura, camino hacia tu claridad.
Mis grietas tiemblan como labios silentes,
esperando tu luz que me penetra.
Mis cicatrices, bocas abiertas de deseo,
clamando por tu incendio que me consume.
Cuando me colmas, Sol,
soy cuerpo marcado y vulnerable,
soy amante que halla placer en la herida,
soy sombra que se abre en placer.
Y aunque me retiro,
aunque la distancia me reclama,
mis grietas siguen latiendo,
mis cráteres siguen ardiendo,
porque tu fuego me habita,
y mi piel de plata nunca olvida
la memoria ardiente de tu dominio.

Ambos
Somos dos amantes universales,
destinados a arder y reflejarse,
a buscarse sin fin en el cielo.
Nuestra pasión es eterna,
aunque la entrega sea fugaz,
aunque la distancia nos separe,
porque el universo palpita eternamente
con el fuego de nuestro deseo.

—L.T.

12/1/2025