Todas las olas del mar se quedaron dormidas
en el ocaso de noviembre
como si el mundo
cansado de tanta memoria,
hubiera decidido respirar más lento.
El horizonte encendía brasas suaves
y el viento, que antes traía tu nombre
se quedó quieto, sosteniendo el silencio
como un secreto que no se atreve a romperse.
Yo caminaba la orilla
con los pies llenos de arena y despedidas
mirando como el día se apagaba
igual que se apagan las historias
que uno no sabe si terminar
o dejar suspendidas.
Y entre esos colores anaranjados
entre la última luz que temblaba en el agua
sentí que tu ausencia tenía forma
peso
y sal.
Mientras las olas del mar se quedaban dormidas
en el ocaso de noviembre
pero tu recuerdo no.
Ese siguió despierto
vivo
ardiendo suave en mi pecho
como un faro que se niega a morir.
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Autor:
Anthuria (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 25 de noviembre de 2025 a las 13:07
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 2
- Usuarios favoritos de este poema: Tommy Duque

Offline)
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