Al principio, me fascinó. Al final…
No pasé el umbral de su corazón.
¿Quién, busca el sol en la noche?
Su occiduo amor fue, agudo azote.
Pensé…
¿Qué sentido tiene,
amar y hacerse daño?
La pavura en sus caricias,
fueron cuitas, de pericias.
¡Ardí! Mientras agonizaba.
Y al clarear el día, pude volar.
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Autor:
Sierdi (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 22 de noviembre de 2025 a las 07:46
- Categoría: Amor
- Lecturas: 3
- Usuarios favoritos de este poema: Salvador Santoyo Sánchez

Offline)
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