Pueblos del recuerdo que alguna vez
fueron míos. Mi sangre, como un río,
los alimentó. Navegaban pescadores
en las barcas de mi llanto y una lejana
canción era nuestro idioma.
He vuelto como quien vuelve después
de una vida. Como el profeta, mal
recibido en su tierra. Como un invierno
muy frío.
Hoy el río se desbordó. Hoy las
barcas navegan sin rumbo.
Hoy la canción se ha convertido
en eco.
Pueblos del recuerdo que alguna vez
fueron míos. Mis manos, como enormes
praderas, cultivaron trigo, amasaron pan,
y la canción lejana silbaba con el viento.
He vuelto como quien vuelve a sentir.
Ya no hay pradera, ya no hay trigo,
y la canción lejana se ha convertido
en eco.
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Autor:
Deivid Villarreal (
Online) - Publicado: 20 de noviembre de 2025 a las 16:47
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 1

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