Llegamos cansados, con la cabeza llena de trabajo.
Me dices que no tengo tiempo para ti.
Te digo que no tienes tiempo para mí.
Nos miramos y sentimos que nos faltamos.
Y nos odiamos.
Nos cruzamos en la cocina, en la sala, en cualquier momento.
Nos amamos y aun así nos reclamamos.
Y cuando por fin nos detenemos, aunque sea un instante,
el beso es la tregua que nos recuerda que seguimos aquí;
Y aun así sentimos que nos faltamos
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Autor:
Jesus de los Angeles Valdivieso Alarcon (
Online) - Publicado: 20 de noviembre de 2025 a las 00:18
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 1

Online)
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