Nos encontraremos algún día en el camino
y pasarás de largo, sin decir nada.
Ya no te temo; te respeto.
Quizás te admire,
porque tienes clara tu misión,
y solo la cumples
cuando el momento ha llegado,
cuando la vida se acaba...
Tienes un misterio que fascina,
cuando regresas a la vida,
a quien se fue de momento,
porque no había cumplido su jornada:
la vida después de la vida,
es un misterio, y es una cábala...
También retornas a la vida al suicida,
cuando parece que falla en el intento,
y es que tú, que no sabes matar,
que solo llegas para certificar la defunción,
valoras su desesperación inacabada,
y sin que nadie lo sepa, lo salvas...
Pero sí, nos encontraremos algún día en el camino,
y para entonces ya estaré esperando tu llegada;
me habré disculpado ante quien lo merezca;
y como Sócrates, habré liquidado deudas no pagadas.
Entonces culminaré mi último poema,
por primera vez diré malas palabras,
tú vendrás directo a mi encuentro,
no tendrás que decir que ha llegado el momento,
y sabré que la vida se acaba...
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Autor:
Frank Calle (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 18 de noviembre de 2025 a las 03:05
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 6
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, Salvador Santoyo Sánchez

Offline)
Comentarios1
Cuando ese momento llega, el está en el umbral, lo presiente.
Y sólo basta un paso o un empujoncito para conocer otra realidad.
Cómo siempre, buenas letras.
Saludos poeta amigo Frank Calle 👍🏻
Gracias Salvador, he pasado la vida hablando de la muerte, prácticamente desde que empecé en la poesía. Por entonces me reunía, con frecuencia, con Vicente Feliú -el canta autor cubano- y a través de él, con su homólogo Silvio Rodríguez, en las noches habaneras de los 60, en una peña de canciones y poesía, donde nadie se conocía, pero todos conocían a Vicente y a Silvio. Y fue allí donde ellos me declararon "Poeta de la muerte", y Silvio me dedicó su canción -hoy casi desconocida- "La muerte espera por ahí..."
Pero con los años comprendí que estábamos en un grave error, al culpar a la muerte, como si fuese una asesina, porque siempre está presente cuando termina la vida, pero en realidad ella solo está presente, porque es la encargada legal de certificar el deceso... Y es que la muerte no sabe matar...Y en mi obra, es un personaje central, con la misión de proteger en el último segundo, de salvar de un crimen, de ayudar a revivir, y de certificar el final...
Un fuerte abrazo,
Frank
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Que interesante anécdota.
Felicidades poeta de la muerte.
Por cierto, a mí también me gusta escribir de esa mujer que le llamamos muerte
Maestro Frank Calle, le envío un saludo con aprecio, agradeciendo estos gratos momentos de leerlo.
Hasta mañana.🙋🏻♂️👍🏻👍🏻👍🏻👍🏻
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