El hombre verdadero calla lo que lastima,
no arroja nombres al viento como quien nada respeta;
su voz conoce el peso del honor que se aproxima,
y entiende que la dignidad nunca es indiscreta.
No habla de una mujer si el silencio la protege,
no exhibe su recuerdo ni su historia incompleta;
prefiere que la noche susurre lo que teje,
mientras su alma, firme, en nobleza se aquieta.
Por eso, cuando pasa la sombra del pasado,
no busca abrir heridas ni hacer del eco una grieta;
guarda, como un santuario, lo vivido y lo callado:
pues el verdadero hombre no tiene memoria completa.
El hombre verdadero no presume, no señala,
porque en su pulso vive la humildad que interpreta.
JUSTO ALDÚ © Derechos reservados 2025
*No tiene métrica.
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Autor:
JUSTO ALDÚ (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 15 de noviembre de 2025 a las 11:54
- Comentario del autor sobre el poema: Mi padre me enseñó que el VERDADERO HOMBRE, no debe hablar ni para bien ni para mal de una mujer. Mucho menos ensuciar su reputación con falsedades al no poder conquistarla. Afortunadamente no sucedió en el portal, es algo externo, pero no está demás advertirlo. Es más, ya se me olvidó el nombre.
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 4
- Usuarios favoritos de este poema: Jose de amercal

Offline)
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