JUSTO ALDÚ

EL HOMBRE VERDADERO

El hombre verdadero calla lo que lastima,

no arroja nombres al viento como quien nada respeta;

su voz conoce el peso del honor que se aproxima,

y entiende que la dignidad nunca es indiscreta.

 

No habla de una mujer si el silencio la protege,

no exhibe su recuerdo ni su historia incompleta;

prefiere que la noche susurre lo que teje,

mientras su alma, firme, en nobleza se aquieta.

 

Por eso, cuando pasa la sombra del pasado,

no busca abrir heridas ni hacer del eco una grieta;

guarda, como un santuario, lo vivido y lo callado:

pues el verdadero hombre no tiene memoria completa.

 

El hombre verdadero no presume, no señala,

porque en su pulso vive la humildad que interpreta.

 

JUSTO ALDÚ © Derechos reservados 2025

*No tiene métrica.