Eran dos rosas
diciendo adiós al día
en plena tarde.
El sol partía,
marchaba hacia otras tierras.
Las rosas lloran.
Se despedían
del día que acababa
y de su brisa.
Porque la mar,
con viento de nordeste,
les obsequiaba.
Día de otoño,
con brumas y salitres
de las resacas.
Volvía el mar.
de nuevo impetuoso,
para soñar.
Los dulces sueños,
de rosas y princesas,
de los relatos.
Volvía la inocencia,
los ratos y utopías,
de viejos tiempos.
Y nuestras rosas,
del sol se despedían
con el nordeste.
Rafael Sánchez Ortega ©
11/11/25
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Autor:
Pyck05 (
Offline) - Publicado: 15 de noviembre de 2025 a las 07:54
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 2

Offline)
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