PLEGARIA...

Lucía gómez

Abrígame en ti, Señor.

Tenme en tus brazos,

mientras veo desfilar

la mala hora.

Sostenme, como una gota

de agua que se escapa;

como si quisieras guardarme

en tus arterias,

como el interrogante de Dios

en los glaciares,

como perla refugiada

en las conchas de nácar.

¿Cómo te llamas desdén,

en estas noches?

Mañana, no veremos

el dolor de los abismos

y la sonrisa volverá en las alas,

de alguna mariposa.

L.G.

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