Soneto de ironías XIV:

J.ENOC_A

Al paso de aquel hombre silencioso

se oyen primaveras y cascabeles.

Se oyen cantos dulces como las mieles

al paso de aquel hombre pesaroso.

 

Sin peso en los pasos lentos del hombre

que a sus cadenas llamo brazaletes.

Sin carga vista le azotan torrentes

quedando en el suelo viendo a la cumbre.

 

Es invadido el árbol por hormigas

su vistoso fruto se vuelve amargo

y el estruendo se escucha sin intrigas.

 

Dulce fruto de un árbol en letargo

lento el viento y terreno con ortigas

sus débiles ramas y un verso aciago.

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