Al paso de aquel hombre silencioso
se oyen primaveras y cascabeles.
Se oyen cantos dulces como las mieles
al paso de aquel hombre pesaroso.
Sin peso en los pasos lentos del hombre
que a sus cadenas llamo brazaletes.
Sin carga vista le azotan torrentes
quedando en el suelo viendo a la cumbre.
Es invadido el árbol por hormigas
su vistoso fruto se vuelve amargo
y el estruendo se escucha sin intrigas.
Dulce fruto de un árbol en letargo
lento el viento y terreno con ortigas
sus débiles ramas y un verso aciago.