Chiquillo de cutis vacua
Cuando tocan a muerte en el bosque lejano,
mis dedos de velluda araña
transforman la luz en el visto bueno
y los hilos dorados musicalizan como arpa.
Chillan los aireados negros del bosque.
Los nenúfares susurran al amortiguar mi pupila,
voluta niña de pies ensangrentados,
gaita loca de recuerdos carnífices
que se presionan en el pecho como pata de elefante.
Mi madre posa sobre mi hombro derecho.
Al fondo,
crudo espectro de azuleja mantilla
me congela el izquierdo.
Quien permaneciera tras quebradas paredes,
diría que sus grietas acucarachadas
zumban un poema de caramelo gimoteado.
Las tardes en que desaparecía en vino de jolgorio,
un ramo de rocas y álamos
me acogieron en las nubosas corrientes
y me entregaron con obediencia a mi madre.
¡Oh, chiquillo de cutis vacua,
que siempre anheló la orgía sahumada
de finos bosques!
No eras para terminar muñeco
de madre rota,
madre creyente,
de que al menos tus afligidas cuencas
capaces siguen
de jugar en el bosque.
-
Autor:
Roan Rojas (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 7 de noviembre de 2025 a las 11:18
- Categoría: Gótico
- Lecturas: 3
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez

Offline)
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.