Llego de vez en cuando y de vez en cuando me voy.
Reían, todos reían. Jadeantes, nosotros también reímos cuando caímos abrazados sobre el polvo y entre los pibes.
Habíamos pasado la raya que demarcaba el final de la contienda uno último, el otro penúltimo, pero igual nos reímos.
"La Chueca" se levantó con mucho esfuerzo, se sacudió la ropa y fue a abrazarse con los otros. Nos esperaban el "Sapo" Ramírez, el "Sato" (el único rubio), el "Patita" Ceballos, el Horacio y los demás.
Yo me quedé sentado en un arenal, pensando, al costado de la huella de los autos. No estaba cansado.
Esta vez me había tocado a mí disputarle el último puesto a "La Chueca". Corrí sin esforzarme, "con el freno puesto" como lo habíamos establecido. "La Chueca" nunca jamás debía llegar último. La competencia cubría unos 50, 60 metros desde lo de Fernández hasta la esquina de don Ponce.
"La Chueca" era una de las tantas víctimas de la importante epidemia de poliomielitis, que afectó a alrededor de 6500 personas (niños en su mayoría) en 1956. Tenía una pierna atrofiada, pero eso no le impedía divertirse igual que el resto de la barra. Cuando jugábamos al fútbol él era arquero, le gustaba mucho, se divertía. Era un lindo pibe "La Chueca". Y nosotros éramos sus amigos.
Derechos reservados por Ruben Maldonado.
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Autor:
benchy43 (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 7 de noviembre de 2025 a las 00:07
- Comentario del autor sobre el poema: Una historia real.
- Categoría: Amistad
- Lecturas: 31
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, William26🫶, Scarlett-Oru, Tommy Duque, alicia perez hernandez, El Hombre de la Rosa, Alexandra I, Hernán J. Moreyra, JUSTO ALDÚ, Éusoj Nidlaj, Mª Pilar Luna Calvo, AnnaSerena28, Poesía Herética, Mauro Enrique Lopez Z., rosi12

Offline)
Comentarios3
Un genal y hermoso poema has escrito estimado poeta y amigo Benchy43
Saludos de Críspulo desde España
El Hombre de la Rosa
Ay don Críspulo! Que esto no es un poema, joder!
Esa manía de copiar y pegar, pues a mi me resulta infantil , molesta y lejos del respeto y consideración que merecen los compañeros (me excluyo por una razón de petulancia).
Gracias igualmente por su comentario que es idéntico a todos los que hoy (y antes también probablemente) ha dejado, don españolísimo caballero.
Que tenga usted una buena tarde.
Un texto breve pero profundamente humano, donde la sencillez del relato encierra una ternura conmovedora. La escena, cotidiana y cálida, captura la esencia de la amistad infantil sin artificios: ese impulso puro de incluir, de reír juntos, incluso en medio de las limitaciones. El narrador recuerda con naturalidad y sin dramatismo a “La Chueca”, víctima de la poliomielitis, otorgándole una dignidad luminosa a través del juego compartido. Hay una nostalgia serena que se posa entre las líneas, una mirada adulta que reconoce, sin decirlo, el valor de aquellos pequeños gestos solidarios que marcaron una época. Es un relato donde la inocencia vence a la tragedia y la empatía infantil se convierte en lección permanente.
La polio ha sido erradicada en gran parte de nuestra Latam de acuerdo a la OPS. Es importante la vacunación en la primera infancia.
Saludos
Un relato para rememorar esa infancia de oro donde la chueca protagonizó algunos episodios.
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