Un día me ví arrodillada
con la noche prendida en los párpados,
sosteniendo mi corazón herido
cómo quien carga un niño asustado.
Con una mano cavaba la tierra,
con la otra lo cuidaba para que no
se deshiciera en el aire frío de los
recuerdos.
Mi corazón estaba partido en dos,
pero aún latía...
terco, valiente,
insistiendo en seguir viviendo
a pesar de las grietas.
Lo recosté en el hueco de la tierra,
no para enterrarlo en el olvido,
sino para sembrarlo en el silencio.
Y entre sollozos le dije:
"Quédate aquí un momento,
No te estoy dejando atrás,
solo quiero protegerte de lo que
ya no mereces."
Mi corazón me miró triste,
pero confiado,
sabía que no era un adiós,
si no una pausa divina.
Cubrirlo con tierra
fue como arroparlo con esperanza,
Cómo prometerle que un día
volvería por él
Cuando mis manos no temblaran tanto,
cuando mis pasos no se quebrarán
en su nombre.
Y así lloré...
porque sanar también duele,
porque cerrar una historia
no borra el eco de su latido.
Pero la tierra ahora lo abraza
no es tumba...
es cuna.
Ahí, bajo la piel del mundo,
mi corazón aprende a latir sin miedo,
a esperar sin lágrimas,
a renacer sin permiso.
Y cuando vuelva por él,
lo encontraré completo.
Más fuerte.
Más mío.
Porque todo lo que se siembra con
dolor...
algún día florece en amor.
𝓜𝓪𝓿𝔂♥️
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Autor:
𝑀𝒶𝓋𝓎❤️ (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 6 de noviembre de 2025 a las 22:56
- Comentario del autor sobre el poema: A veces hay que dejar descansar el corazón herido, Para que florezca fuerte y sin miedo cuando vuelva A latir ✨♥️
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 2

Offline)
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