Oh, poeta sin fronteras,
tus dedos son luciérnagas del pensamiento,
encienden pantallas como antiguas hogueras
donde el verbo se abriga y renace.
Ya no hay pergaminos ni tinta que manche,
solo el fulgor eléctrico de las ideas,
la chispa que atraviesa el silencio digital
y se posa en el alma de quien escucha sin rostro.
En tus versos no hay distancia,
solo un hilo de voz suspendido en la red,
una constelación de almas escribiendo
desde el anonimato de su ternura.
Cada palabra que envías viaja sin pasaporte,
rompe los mares del tiempo y la geografía,
y llega, intacta, al corazón del desconocido
que te lee como si te abrazara.
Oh, poeta virtual, arquitecto de la neblina,
tu templo es un teclado, tu incienso la emoción.
En este mundo de ruido y algoritmo,
aún sostienes —como antorcha— la belleza.
JUSTO ALDÚ © Derechos reservados 2025
-
Autor:
JUSTO ALDÚ (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 6 de noviembre de 2025 a las 07:45
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 3
- Usuarios favoritos de este poema: JoseAn100, Alma Eterna

Offline)
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.