ORACIÓN DEL ALMA QUE NO MUERE

El Corbán



“Si un día mis pasos se detienen, hija mía,

no llores mi partida…

solo he ido a preparar el lugar

donde volverás a oír mi voz.”

 

Señor, si todo pierdo en esta vida,

si el pan, la paz y el sueño se me van,

déjame al menos verla bendecida,

reír, amar, vivir… como un volcán.

 

No quiero honores, tronos ni riquezas,

ni el oro que en la tierra hace gemir;

sólo imploro, postrado en mis flaquezas,

que mi hija nunca deje de sonreír.

 

Que si la muerte llega, inevitable,

y el polvo cubre al cuerpo y su existir,

no apague el alma, oh Dios inquebrantable,

ni el lazo que me une a su latir.

 

Que pueda, en la mañana prometida,

cuando resuene el canto del perdón,

hallar su voz, su rostro, su medida,

en la luz de tu santa redención.

 

Y si en mi tumba cae su pensamiento,

haz que en su pena florezca mi canción,

que sienta, entre su llanto y su tormento,

mi amor latiendo en su respiración.

 

No temo el fin, ni el fuego, ni el vacío,

ni el cielo gris, ni el mundo por venir;

mas si algún día olvida mi rocío,

que olvide todo… menos mi sentir.

 

Y cuando el tiempo apague mis latidos,

y el viento borre todo lo que fui,

hazme, Señor… murmullo entre sus ruidos,

brisa en su cuello… y sombra junto a ti.

 

  • Autor: El Corbán (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 5 de noviembre de 2025 a las 18:18
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 3
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