El llanto de los deudos se fue lejos.
El difunto yace en la sepultura.
¿A dónde fueron llantos y gemidos?
¡A repartirse alegres la fortuna!
El muerto quedó para siempre abajo,
en el hueco silente de la fosa.
Los deudos se disputan el legado
-entre pleitos y empujones, la mofa-.
Triste es el destino de un cementerio:
albergar en su seno las coronas
que el tiempo irá pudriendo sin remedio,
dejándoles marchitas las corolas.
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Autor:
Manuel Valles (
Offline) - Publicado: 5 de noviembre de 2025 a las 02:16
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 44
- Usuarios favoritos de este poema: Fabio de Cabrales, Tommy Duque, Mauro Enrique Lopez Z., Mael Lorens, ElidethAbreu, JoseAn100, alicia perez hernandez, benchy43

Offline)
Comentarios3
Vaya, buenas asonancias y buena sátira. Saludos!
Gracias, Fabio. Saludos
Muy buenos versos, la asonancia no es casualidad, es cuidadosamente planeada. Gracias
Gracias, Tommy. Suelo preferir la asonancia; porque la consonancia, para no caer en detrimento del sonido, siempre exige más, según yo. Saludos.
Triste poema, Manuel que refleja una horrible realidad. Un cordial saludo.
Así es, querida Ingrid, es por ello que lo clasifiqué como sátira, porque de otra manera, se pone uno a llorar. Muchas gracias por comentar. Un abrazo.
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