Cuando la vida empieza a despedirse despacio

Sofia_garza.o

Hay un momento en la vida

en el que todo parece detenerse.

El tiempo ya no avanza igual:

se vuelve suave, lento,

como si tuviera miedo de seguir.

 

Empiezas a mirar distinto las cosas,

a oler más despacio el café,

a escuchar cómo respira la casa.

Todo adquiere un peso sagrado.

 

Ya no hay prisa por llegar a ninguna parte.

Solo queda el deseo de estar,

de sostener lo que aún respira,

aunque sepas que algo —alguien—

se está yendo poquito a poco.

 

Y duele, sí,

pero también hay una ternura profunda

en ver cómo la vida sigue floreciendo

incluso entre los escombros de la pérdida.

 

Quizás crecer sea eso:

aprender a amar sabiendo que un día todo se acaba.

Seguir dando las gracias aunque tiemble la voz.

Guardar en el corazón lo que ya no se puede tocar.

 

Y entender, al final,

que nada se va del todo,

porque lo que amamos de verdad

no desaparece:

solo cambia de forma

y nos acompaña de otra manera

  • Autor: Luna (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 4 de noviembre de 2025 a las 22:06
  • Comentario del autor sobre el poema: Este poema habla del momento en que la vida empieza a moverse más despacio, cuando comprendemos que nada es eterno y que incluso el amor más grande también aprende a despedirse. No es una historia de tristeza, sino un recordatorio de lo humano que es sentir miedo ante el cambio, de la dulzura que se esconde en lo frágil, y de cómo el amor se transforma, pero nunca deja de existir. A veces crecer duele, pero también ilumina. Porque hay despedidas que no significan ausencia, sino un nuevo modo de permanecer.
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 3
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