Desde la pesadilla de una sombra callejera,
bajo el ombligo oculto, y un cielo que llora,
como un estante de viejos libros que se apagan,
siento que me castiga el eco como vísceras insolentes.
Recorro por las oscuras paredes del sigilo,
interrogo al silencio y a este torpe vacío,
no pude ser tierra, ni esencia, ni armonía,
solo me queda saludar a los lirios con versos de nostalgias.
Las lágrimas que brotan son como puñales de tristeza,
en un mar de penas y confusiones estaré siempre perdido,
llenaré con letras este vacío más allá de la vana enciclopedia,
más hoy los enterraré bajo la nieve del invierno.
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Autor:
Fernando Endara (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 2 de noviembre de 2025 a las 12:43
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 4
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais

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