LA VOZ DE ALMA-MATER

José Mario Calero Vizcaino

 

 

Imagina la escena:

Un crepúsculo penetra
la quietud del mar.
El clima es ligeramente cálido
y húmedo.
Nuestro personaje, un joven
varón esencialmente fuerte,
permanece sentado contemplando, desde la lejanía,
un horizonte
que vibra en belleza.

Sus rasgos adivinan una seguridad-libertad,
ahora temblorosa, enmarcando un rostro enigmático.
Dentro de su lúcida abstracción se resuelven
infinitos tejidos de esencia ritual,
que determinan directamente su porvenir.

“Un hombre está hecho
de la tela de sus sueños”.

Los dioses, en lo alto,
observan el espectáculo,
intercambiando comentarios.

Rompiendo su pausa física,
emite desde el cerebro
una señal
que tensa sus músculos,
y con un movimiento ágil
recupera su verticalidad.

Entonces…
libera un grito hondo,
nacido desde su vientre-alma.
El tono refleja
una búsqueda profunda.

L...
Instintos...
Búsqueda...
Entrega...
Razón...
Tiempo...
Amor...
Destino...

Conceptos que giran
fieramente en remolino,
buscando definición
y estabilidad.

Sin aliento, vuelve al descanso.
Recuperando el ritmo,
la imagen de una estrella fugaz
reflejada en el mar
le hace levantar la mirada.

 “El que busca, encuentra”.
La frase surge
y alivia su interior,
sin darle tiempo
a comprender su porvenir.

Entonces “Alma Mater”,
maestra de lo invisible,
sabe cómo
capturar nuestra atención
y, sacando sabio provecho
del instante,
le habla con calma a él
y a su abismal incertidumbre:

 

– Cuando te encuentres en una encrucijada de decisiones,
haz a un lado la presión
y enfría las emociones.
Encuentra el tiempo para
dar la respuesta más digna.
No te detengas hasta
hallar nuevamente el camino.
Los sabios nunca se rinden: debes sentir que avanzas.

– El resultado de una situación
se define en soluciones instantáneas,
limitadas siempre por el tiempo.
Sé veloz para reconocer
las oportunidades;
ejercita la resolución intuitiva
de tu verdad esencial.

– Aprende a satisfacer tus necesidades básicas.
Comienza por definirlas:
cobijo, alimento, compañía,
intimidad, sociabilidad, trabajo, ahorro, reconocimiento.
No te conformes hasta
vivir con dignidad.

– Sé justo en tus demandas
y ten la fortaleza
de sentir satisfacción.
Lo que tomes de más
faltará a otros,
y lo que te falte lo tomarán
sin piedad los zánganos.

– Cumplidas tus necesidades básicas, serás libre.

– Conócete y conoce tus habilidades,
para integrarte al
mecanismo social con sutileza.
Ejerce una actividad
que te retroalimente,
que te dé paz y,
al mismo tiempo,
produzca algo
que otros necesiten.

– Aprende a enfocar
tu análisis en amplias escalas.

Dirige tus energías a
los problemas globales,
no te pierdas en los detalles.
Y mantente abierto
al camino de tu destino:
enfréntalo con valor.

– El trabajo desinteresado
es a menudo el mejor pagado
y el más necesario.
Abre bien los ojos del corazón.

– Aprende a escuchar las voces del silencio.
Pon en duda lo que oigas; amplía tu criterio.
Cuando no te satisfaga
lo escuchado,
tómalo con reserva.
Extrae lo esencial
y refuérzalo con tu experiencia.
En tu interior hallarás la paz,
y las verdaderas
definiciones del alma.

– No hables cuando
ignores lo que dices.

Habrá quien sí lo sepa y quedarás como un necio.
A veces es más digno callar, escuchar y aprender.
Cuando hables con verdad, serás escuchado.

– Si las reacciones de tus actos
no reflejan tus planteamientos más sinceros,
replantea la estrategia.
Si persistes sin hacerlo, llegarás a otro destino.

– Ahorra tu riqueza
en intimidad.

Compártela sólo con los tuyos.
“Ser rico sin que lo sepa nadie”.

– Por más civilizada
que parezca la humanidad,

seguimos siendo animales.
Aprende de la naturaleza
y de las especies.
El más fuerte sobrevive.
Elige: ¿débil o fuerte?
Haz lo necesario para ser.

– Recuerda cómo
los mercaderes antiguos

vencían alcoholizando a sus contrincantes.
La vida está llena de trampas para los débiles de espíritu.
Y si el vino es bueno
para la sangre,
su exceso enferma el alma.

– Experimenta,
como decía Aristóteles,

pon a prueba tus sentidos
y capacidades.
Pero si descubres pobreza
o debilidad, no insistas.
Cuanto más conozcas,
más fácil hallarás la verdad.

– Mente, cuerpo y corazón: siempre fuertes.
Equilibrio armónico.
Si uno se debilita,
ejercita su recuperación.

– ¡Sé fuerte!

– Imagina que
eres una pieza de ajedrez.

¿Qué serías?
Aprende a mover tus cartas.

– La nobleza es la virtud
de reconocer tu camino

con la mayor suma de aciertos,
siguiendo tus intereses
más auténticos.
¡Toma tus propias decisiones, con carácter!

– Ser corriente
es podredumbre de valores,

la debilidad
de no decidir por ti mismo:
la cárcel del alma.

– El fracaso es un cáncer
de malas decisiones.

– Habiendo visto la luz,
no dejes que
el miedo la nuble.

Una vez probado el cielo,
caminarás mirando al cielo,
porque allí has estado
y allí ansías volver.
Conoce tu camino y afirma:
Soy fuerte, soy capaz,
sé lo que quiero.

– Entrégate al amor
con seguridad.

Cuando encuentres a tu pareja,
piensa en el águila:
monógama, leal.
Corteja, conoce,
espera, entiende,
y háblale con verdad.

– Frecuenta espacios
de meditación.

En la soledad el ser humano
se depura y actúa
con sinceridad.

– No te apegues demasiado
a nada ni a nadie.

Nada es eterno.
Por más que compartas,
seguirás siendo
individuo en tu cuerpo.

– Cuando enfrentes la muerte, respétala y dale paso.
Lo importante es lo vivo.
Después, los ángeles continuarán tu camino.

– No dramatices.
Sufre lo necesario,
aprende y sigue.
Si te detienes, serás presa fácil.
Mejor juega la vida y gózala.

– ¡Juega, juega!
Cada juego tiene reglas, ganadores y perdedores.
La clave es una actitud participativa y sabia:
la pelota siempre
cambia de manos.

– Por más tensión que sufras,
no pierdas
la utópica cuerda de los sueños.
Si intentas alcanzar el cielo,
llegarás, al menos, al techo.

– Da cabida al misterio.
Lleva siempre contigo el fuego,
aprende a encontrar el agua,
venera el viento
y, por más alto que vueles,
siente siempre
la tierra húmeda y fértil.

 

  • Autor: Orelac - el Arquitecto Verde (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 2 de noviembre de 2025 a las 09:55
  • Comentario del autor sobre el poema: Nota: Escribí este texto durante mi estancia en Barcelona, España, mientras cursaba mis estudios de doctorado. Tenía entonces veintisiete o veintiocho años, una edad luminosa en la que el mundo se abría ante mí como un horizonte sin límites, lleno de preguntas, intuiciones y promesas. Fue un tiempo de descubrimiento interior, de aprendizaje intenso y de afirmación personal, en el que cada experiencia —cada calle recorrida, cada conversación, cada libro— se convertía en una lección de vida. Escribí este texto con el deseo profundo de compartir con mis hermanos menores no solo el conocimiento que estaba adquiriendo, sino también la mirada y la sensibilidad con las que comenzaba a comprender el mundo: una invitación a pensar, a sentir y a buscar su propio camino con libertad y coraje.
  • Categoría: familia
  • Lecturas: 4
  • Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.