Incomprensión, vagaba errante, tras de mí.
Desde puerto zozobra, hasta mar inquietud.
Pensé, visitar confianza. Pero llegó pesimismo,
Quien me embarcó, atado, en un sórdido navío.
Allí, Desistir, me obligó a pisar el punzante tablón.
Para mí. Fluctuante, letal, madero de derogación.
Mientras burlesca se reía de mí. Empecé a llorar.
El miedo, me obligó a lanzar a idea, por la borda.
Para qué, negar el nerviosismo.
Si los tiburones, arrodillados,
glorificaban, antes de su mordida.
Sobre mí, quedaron estas letras, dentro de una botella.
Y mi cuerpo... para los tan hambrientos tiburones,
fui, merienda bella.
-
Autor:
Sierdi (Seudónimo) (
Online) - Publicado: 31 de octubre de 2025 a las 01:45
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 1

Online)
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.