Sierdi

DENTRO DE LA BOTELLA

 

Incomprensión, vagaba errante, tras de mí.

Desde puerto zozobra, hasta mar inquietud.

Pensé, visitar confianza. Pero llegó pesimismo,

Quien me embarcó, atado, en un sórdido navío.

 

Allí, Desistir, me obligó a pisar el punzante tablón.

Para mí. Fluctuante, letal, madero de derogación.

Mientras burlesca se reía de mí. Empecé a llorar.

El miedo, me obligó a lanzar a idea, por la borda.

 

Para qué, negar el nerviosismo.

Si los tiburones, arrodillados,

glorificaban, antes de su mordida.

 

Sobre mí, quedaron estas letras, dentro de una botella.

Y mi cuerpo... para los tan hambrientos tiburones,

fui, merienda bella.