Yo veo esta calle cuando de noche llego
y soy un habitante lúgubre sobre ella,
desdibujado entre sus vapores viejos.
Me gustaría platicarle de mis penas
y recoger con mis dedos el olvido,
sentado en el poyo de mi muro en ruinas.
Y compartir la luna sobre una mesa
en rebanadas de luz a los mendigos
y aquel viento que me aguarda, taciturno,
a esta hora de la noche en que soy lamento
y la calle un cementerio de mis muertos;
a esta hora de la noche en que uno está solo
y hay un farol en una esquina, sin almas,
y hay un ramaje crecido por la lluvia
y un pesado olor a tabaco marchito
y un perro herido por la noche vacía.
¿Por qué no te escondes, calle, cuando llego?
¿Por qué te me presentas palurda y quieta,
con tus horrores y tus noches de infamia
y la tristeza pegada en tus banquetas?
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                        Autor:    
     
	Manuel Valles ( Offline) Offline)
- Publicado: 30 de octubre de 2025 a las 19:19
- Comentario del autor sobre el poema: Le aclaro a usted, gentil lector, que un es un tipo de banco de piedra que se solía poner al pie de los muros antiguos y que, a su vez, servía como reforzamiento de los mismos. Es una palabra ya en desuso, debido a ello sirva esta aclaración.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 1

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