Me pesa el no saber defender todo
lo que jamás logré alcanzar.
Tan sólo quedan en mí, vagos
gritos desnudos, -y cada vez más
lejanos-, incapaces de ser sigilosos.
Así, mi vida, -"mi viuda loca", la llamo-,
decidió no abandonarme,
-
lo sé, porque digo sintiendo a mí lado
la suave melodía de su respiración,
incluso cuando estoy dormido -.
La mayoría de los días me despierta
encendiendo promesas y multitud de
logros a los pies de mi cama y yo,
la respondo: "Déjame en paz, te lo ruego.
Sabes cuánto me cuesta decir
que te amo"
Dolida, se cubre con su traslúcida
entidad,-de densa humedad-, para
lanzarse sobre mí, incapaz de llorar,
pues todavía es cosa que no ha aprendido.
Así es como dan comienzo todos y
cada uno de mis días, que desconozco cómo acaban.
Sólo sé, que me quedo dormido antes del llegar
de las noches, que son mi eterno castigo.
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Autor:
Insopotito (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 30 de octubre de 2025 a las 17:43
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 24
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais, Antonio_cuello, Salvador Santoyo Sánchez, alicia perez hernandez, Mauro Enrique Lopez Z.

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