Me pesa

Asklepios

Me pesa el no saber defender todo

lo que jamás logré alcanzar.


Tan sólo quedan en mí, vagos


gritos desnudos, -y cada vez más


lejanos-, incapaces de ser sigilosos.


Así, mi vida, -"mi viuda loca", la llamo-,

decidió no abandonarme,
-

lo sé, porque digo sintiendo a mí lado

la suave melodía de su respiración,

incluso cuando estoy dormido -.

La mayoría de los días me despierta

encendiendo promesas y multitud de

logros a los pies de mi cama y yo,

la respondo: "Déjame en paz, te lo ruego.

Sabes cuánto me cuesta decir

que te amo"

Dolida, se cubre con su traslúcida

entidad,-de densa humedad-, para

lanzarse sobre mí, incapaz de llorar,

pues todavía es cosa que no ha aprendido.

Así es como dan comienzo todos y

cada uno de mis días, que desconozco cómo acaban.

Sólo sé, que me quedo dormido antes del llegar

de las noches, que son mi eterno castigo.

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