La vida es un bar de antaño,
con luces tenues pintando falsas mañanas,
y yo, un bohemio con el alma tatuada,
buscando en cada brindis una nueva esperanza.
Dejé amores marchitos en el camino,
en pueblos olvidados sin una señal,
y colecciono recuerdos y desengaños,
como un viajero que perdió su ideal.
Cada camino es una ruleta,
una apuesta al destino con cartas ocultas,
a veces hallas un oasis de quimeras,
otras, te hundes en un abismo de dudas.
Pero qué le vamos a hacer, compañero,
si el alma llama y el tequila tienta,
hay que seguir andando, aunque duela,
con la mirada al frente y el corazón en venta.
Porque al final, lo que importa,
no es llegar al destino, sino el trayecto,
los sueños, los errores, los vasos rotos,
y esa maldita costumbre de seguir siendo auténtico.
Así que, por favor, cantinero, sírvame otro dobel,
que esta noche la luna está esquiva,
y aunque el camino sea un laberinto oscuro,
yo sigo andando, a mi manera, sin medida.
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Autor:
Kmony Quiñonez(monina) (
Online) - Publicado: 30 de octubre de 2025 a las 01:01
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 30
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, El Hombre de la Rosa, Mauro Enrique Lopez Z., Poesía Herética, ElidethAbreu, Antonio Pais, alicia perez hernandez

Online)
Comentarios1
¡Qué bueno Joaquín Sabina!
uno de los mejores poetas vivos en España.
Aquí mis aplausos.
Gracias
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