El desequilibro me produjo un espanto terrible: la idea.
Y la idea despertó en mí un sentimiento confuso: la ignorancia.
Y al saber que ignoraba yo…
(Como si fuera una serie de circunstancias paralelamente secuénciales.)
Con un miedo temible supe que era la razón, y fue cuando sentí una tristeza absoluta.
La conciencia se había adentrado a mi cabeza.
Las hojas de los árboles eran verde, y eso era lo que era.
—Alexandra Quintanilla Toledo
Octubre 2025
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                        Autor:    
     
	AleQ (Seudónimo) ( Offline) Offline)
- Publicado: 29 de octubre de 2025 a las 13:00
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 4
- Usuarios favoritos de este poema: Santiago Alboherna

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Comentarios1
uyyy, excelente escrito, me identifica ...
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