Una mañanita
que estaba lavando
a orillas del río,
le dijo un soldado:
“Vente conmigo, serrana,
a lomos de mi caballo”.
Respondió la dama:
“No puedo ni quiero,
que soy casadita
y tengo a mi dueño.”
Sonaban las fuentes.
Cantaba el romero,
y el aire inundaban
coros de jilgueros.
Otra mañanita
pasó un caballero
con jubón de raso
y de terciopelo,
desde su montura
de lustroso pelo
la miró lavar
ropa de labriego
en las aguas frías
del arroyo inquieto.
Le dijo: “Serrana,
vente a mi palacio,
y tendrás doncellas.
Y tendrás lacayos.”
Respondió la dama:
“No puedo ni quiero
que soy casadita
y a mi amor prefiero.
Por mí se desvela.
Yo en sus brazos duermo.
Y si lo perdiera,
¡De dolor yo muero!”
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Autor:
Elias Castellano (
Offline) - Publicado: 27 de octubre de 2025 a las 12:52
- Categoría: Amor
- Lecturas: 2

Offline)
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