Elias Castellano

ROMANCILLO DE LA LAVANDERA 

 

 

Una mañanita

que estaba lavando

a orillas del río,

le dijo un soldado:

 

“Vente conmigo, serrana,

a lomos de mi caballo”.

 

Respondió la dama:

“No puedo ni quiero,

que soy casadita

y tengo a mi dueño.”

 

Sonaban las fuentes.

Cantaba el romero,

y el aire inundaban

coros de jilgueros.

 

Otra mañanita

pasó un caballero

con jubón de raso

y de terciopelo,

 

desde su montura

de lustroso pelo

la miró lavar

ropa de labriego

en las aguas frías

del arroyo inquieto.

 

Le dijo: “Serrana,

vente a mi palacio,

y tendrás doncellas.

Y tendrás lacayos.”

 

Respondió la dama:

 

“No puedo ni quiero

que soy casadita

y a mi amor prefiero.

Por mí se desvela.

Yo en sus brazos duermo.

Y si lo perdiera,

¡De dolor yo muero!”