Quisiera ofrecerte mis manos
como un nido calido,
un rincón de paja fina
donde puedas guardar tus alas
sin temor al frío.
Pero qué va.
Estas manos mías son otra cosa:
una ladera rocosa
jodida
un paisaje de cerros marchitos
donde no se asientan arbustos
y golpea fuerte el frío,
y vieras vos en mis manos
con qué facilidad
la esperanza se desprende.
Me gustaría,
claro que sí,
que fueran un poco más,
quizás un lugar en las afueras
allá donde el sol hace sus rondas
donde el cielo siempre es azul
y el color verde próspera
pero no, lo único que me queda
es guardarte aquí,
aquí muy adentro,
donde no llegan los dedos
ni tampoco el filo de la roca
a lo mejor
pasa que vos no sos
ese quetzal esmeralda,
casi un lujo
que yo o el mundo
se inventa a veces.
Capaz que sos
(y esto sí me da paz)
el guardabarranco sencillo
que yo,
sin saberlo,
necesitaba.
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Autor:
Carlos Baldelomar (Seudónimo) (
Online) - Publicado: 27 de octubre de 2025 a las 10:00
- Comentario del autor sobre el poema: El amor no tiene por qué se la imagen perfecta que el mundo nos vende. en el amor hay lucha, aceptación. Sobre todo de lo esencial. Saludos espero que este escrito sea de su agrado.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 5
- Usuarios favoritos de este poema: Salvador Santoyo Sánchez, benchy43

Online)
Comentarios2
Muy bueno.
Saludos poeta amigo Carlos Baldelomar
Muy bonita poesía, amigo. Felicitaciones.
Que tengas una linda semana.
Saludos.
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