Apurados, mientras se diluía su hosco pasado,
repartieron por partes iguales;
El fulgor de sus inmemorables tardes.
Vagamente dividieron la sombra de sus llantos.
Cortando sus risas con enojo.
Y al fin… firmaron el divorcio.
Justo después de conocerse.
“Puede besar a la Rota”
Nadie codició atrapar…
el dichoso ramo por los aires.
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Autor:
Sierdi (Seudónimo) (
Online) - Publicado: 27 de octubre de 2025 a las 00:02
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 1

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