Nunca te comprendí
Contigo mi boca olvidó el juego y la mueca.
Descubrió la risa, que al verte escapa sin permiso
provocando un contorno inusual en mis labios.
Despiadado y triste fue descubrir tu egoísmo pintado de gracia;
Te robaste el pedazo de vida que lograste arrancar.
Tu partida fue tan brutal
que perdí la noción del color y el brillo se volvió borroso.
He visto una luna tan hermosa, que mi alma lloró al recordar tus ojos.
Bendita fuiste al llevarte mi mirada con tu brillo, pues ahora solo puedo ver un mundo opaco.
Ya solo queda el miedo, y una resaca atroz,
porque quisiera ser tan valiente como aquel cometa
que nace de la nada en un cielo oscuro de una noche solemne,
para iluminar y dar esperanza,
y luego desaparecer como el tiempo que no vuelve.
Un olvido; una soledad silente que no llena el vacío; un insomnio que olvidó el descanso y solo pudo reír.
Tanto anhelé la muerte,
que subestimé mi corta vida.
Por ti mi mente parió el pecado,
y así maté a Dios innumerables veces en tu nombre, solo para comprenderte.
Álvaro s.
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Autor:
Alvaro S. (
Offline) - Publicado: 26 de octubre de 2025 a las 18:51
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 7
- Usuarios favoritos de este poema: Antonio Pais

Offline)
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