Alvaro S.

Nunca te comprendí

Nunca te comprendí

​Contigo mi boca olvidó el juego y la mueca.

Descubrió la risa, que al verte escapa sin permiso

provocando un contorno inusual en mis labios.

​Despiadado y triste fue descubrir tu egoísmo pintado de gracia;

Te robaste el pedazo de vida que lograste arrancar.

Tu partida fue tan brutal

que perdí la noción del color y el brillo se volvió borroso.

​He visto una luna tan hermosa, que mi alma lloró al recordar tus ojos.

Bendita fuiste al llevarte mi mirada con tu brillo, pues ahora solo puedo ver un mundo opaco.

​Ya solo queda el miedo, y una resaca atroz,

porque quisiera ser tan valiente como aquel cometa

que nace de la nada en un cielo oscuro de una noche solemne,

para iluminar y dar esperanza,

y luego desaparecer como el tiempo que no vuelve.

​Un olvido; una soledad silente que no llena el vacío; un insomnio que olvidó el descanso y solo pudo reír.

​Tanto anhelé la muerte,

que subestimé mi corta vida.

Por ti mi mente parió el pecado,

y así maté a Dios innumerables veces en tu nombre, solo para comprenderte.

Álvaro s.