Con la mente brillante, y el corazón audaz,
soñaba con ser grande, sin mirar atrás.
Un futuro exitoso, su meta final,
con estudio y esmero, lo quería alcanzar.
Pero la corrupción, cual plaga voraz,
le cerró las puertas, como incapaz.
Contactos y favores, la ley del lugar,
y su esfuerzo honesto, no pudo brillar.
La frustración creció, cual sombra fatal,
su alma se marchitó, en un invierno glacial.
La injusticia reinaba, sin compasión alguna,
y su cordura se fue, como la espuma.
El mundo se torció, ante su mirada,
y en la locura encontró, su última morada.
Vagando sin rumbo, en un eterno desvarío,
víctima inocente, de un sistema sombrío.
Su talento perdido, su sueño deshecho,
por la corrupción que lo dejó maltrecho.
una sociedad cruel y un triste anhelo,
que destruye a los jóvenes, sin mostrarles el cielo.
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Autor:
José de Amercal (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 25 de octubre de 2025 a las 19:07
- Categoría: Amistad
- Lecturas: 2
- Usuarios favoritos de este poema: Jose de amercal

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