Junto al borde del camino
un olivo está sentado
como un Diógenes antiguo
por su sombra cobijado.
Y medita; y meditando,
va cantando sus consejas
al que pasa caminando.
Entre el soplo de la sierra
y el aguas de los remansos
pace la filosofía
acumulada por años
Es siempre la misma guerra.
Siempre los mismos soldados.
Los malheridos de siempre.
Los mismos decapitados.
Los perdedores que pierden
antes de haber guerreado
porque la sangre en sus venas
se la habían disecado
los mismos que los mandaron
a un duelo ya programado.
La eternidad es tan solo
El mal sueño de una noche.
Y si una vez la fortuna
en un bazo nos rozara...
¡Señor, qué orgullo y qué gloria
de, haber subido una balda
aunque sea una miseria
dentro de nuestra memoria.
Pero el olivo allí sigue,
contando vivencias de antes
que no escuchamos al paso
por no interesar a nadie.
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Autor:
Elias Castellano (
Offline) - Publicado: 25 de octubre de 2025 a las 13:35
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 3
- Usuarios favoritos de este poema: Jacho

Offline)
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